Recorrido ambiental en épocas de posconflicto

Por: María Clara Valencia*

Imagen tomada del Portal UTB.

Imagen tomada del Portal UTB.

En tiempos en el que algunas armas empiezan a callar y el territorio a despejarse, el medio ambiente se abre paso como protagonista. Este fue el tema central que discutimos los 50 periodistas y estudiantes de periodismo del Caribe colombiano que nos reunimos el 11 de febrero en el V seminario de periodismo ambiental del zoológico de Barranquilla. En un país megadiverso la disminución del conflicto armado representa enormes oportunidades, pero también amenazas.

Manuel Rodríguez Becerra, exministro de Ambiente ha estado alertando el hecho de que en Colombia “estamos acabando no solo con especies sino con ecosistemas enteros” debido a que tenemos autoridades débiles y políticas agrarias, mineras, urbanas y energéticas que no tienen en cuenta lo ambiental. Eso, en momentos en que el país se vuelve atractivo para la inversión extranjera resulta muy peligroso. Ahí se necesita el ojo de los periodistas.

El escenario del posconflicto nos enfrenta al dilema de la conservación frente al desarrollo. Colombia, que según el Fondo Monetario Internacional (FMI) es el segundo país con mayor crecimiento en Latinoamérica, tiene a cuestas el compromiso realizado en la cumbre del clima de París de hacer un desarrollo bajo en carbono, con metas comprobables al 2030.

Es necesario hacerle seguimiento a ese compromiso y en pequeña escala se pueden mirar casos que lo podrían poner en riesgo como el de la bahía de Cispatá (Córdoba), donde los mangles mejor conservados del país están amenazados por el proyecto de un puerto de Graneles. La conservación de bosques como el de manglar es clave dentro del compromiso de París, pero solo se salvarán esas barreras naturales que protegen contra la erosión costera y garantizan la alimentación de la gente de San Antero si las autoridades tienen encima los ojos de los periodistas.

Al reto del desarrollo sostenible se antepone también uno de los grandes enemigos de la conservación: la pobreza. Colombia es el cuarto país más desigual del mundo. Según el Banco Mundial, solo la superan Sudáfrica, Honduras y Haití. De manera que el medio ambiente en relación con el posconflicto también nos debe poner a pensar la reconstrucción social del país y en la mejora de la calidad de vida, principalmente en el campo. Tal como lo indica Brigitte Baptiste, directora del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, debemos lograr un desarrollo rural integrado en el que la sustitución de cultivos, por ejemplo, se haga con criterios ambientales y sostenibles.

Asimismo, la calidad de vida y el desarrollo rural, centrales en el acuerdo de paz, ponen en primer plano al agua porque hoy muchos pobladores de la Guajira, por ejemplo, y también de Montes de María (donde están enfrentando conflictos por la expansión de cultivos de palma) se preguntan si será posible la paz si la gente no tiene agua y de calidad. Muchas páginas, horas de radio y de televisión pueden y deben escribirse sobre el tema.

Los retos del posconflicto son muchos, pero no quiero terminar este artículo sin mencionar al turismo, ya que Colombia fue declarado el segundo mejor destino turístico del mundo para el 2017, según la publicación de viajes Lonely Planet. Bien manejada, esta industria puede ayudarnos a ser conscientes de las riquezas que tenemos y a cuidarlas, pero si seguimos permitiendo que la informalidad crezca estaremos condenados a arruinar este destino en muy poco tiempo. La ONU declaró el 2017 el año del turismo sostenible ¿Colombia estará a la altura de ese desafío?

*Conferencista invitada al V Seminario de Periodismo Ambiental de la Fundación Botánica y Zoológica de Barranquilla, autora de la guía periodística ‘Agenda Verde’, profesora de periodismo en la Universidad Tecnológica de Bolívar y directora del semillero de comunicación ambiental ‘Yuca Pelá’.