Por Christian Olaciregui Pineda
Jefe Departamento Biología y Conservación
Fundación Botánica y Zoológica de Barranquilla
c.olaciregui@zoobaq.org
Actualmente, no hay certeza de cuántos osos de anteojos hay en la naturaleza, lo que sí está claro es que sus poblaciones están disminuyendo, por lo quecada individuo cuenta. De hecho, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) advierte que si no se controlan las amenazas a las que esta especie se enfrenta, para el año 2030, su situación podría ser peor.
Una de estas amenazas es la persecución por parte de los humanos, debido a la competencia en la que osos y personas entran por el territorio, así como el miedo que la presencia de estos animales genera en las personas. Este conflicto crece día a día, muestra de ello son los recientes casos ocurridos en los departamentos de Cauca, Risaralda y Boyacá, en los que varios osos de anteojos resultaron afectados.
Cuando un conflicto ocurre, generalmente, termina en la muerte del oso involucrado, además, cuando se trata de una hembra con crías, sus cachorros quedan a la deriva, siendo, en algunos casos, rescatados por entidades de control que garantizan su supervivencia a través de la crianza, la cual requiere de cuidados especializados que deben realizarse bajo la responsabilidad de humanos.
Así ha sucedido con los dos osos machos que han vivido en el Zoológico de Barranquilla en los últimos 20 años: el primero llegó en 1999 luego de un rescate en la Serranía de Perijá después de que su madre fuera asesinada; el más reciente es proveniente de la Reserva de Río Blanco, en la ciudad de Manizales, en donde vivió por casi 20 años en cautiverio después de haber nacido en la Reserva La Planada, en el departamento de Nariño, también en cautiverio. Adicionalmente, una hembra de esta especie nos acompaña desde hace 19 años.
Cuando un animal debe permanecer bajo cuidados humanos debido a limitaciones físicas y comportamentales que imposibiliten que viva en el medio silvestre, ya sea porque fue rescatado de la naturaleza o del tráfico ilegal, o porque nació en cautiverio, adquirimos una responsabilidad con él. Esta responsabilidad se traduce en manejo especializado, el cual involucra tanto atención como generación de condiciones para promover su bienestar.
En Colombia la conservación de los osos de anteojos es una prioridad. Incluso, podríamos afirmar que es una de las especies de nuestro país que más interés despierta en la gente. De hecho, preservarlos ha estado en la agenda del Gobierno desde la presentación del Programa Nacional para la Conservación del Oso Andino en el año 2001, en el cual se recomienda fortalecer el conocimiento y el manejo de las poblaciones de osos mantenidas en zoológicos.